Existen varias formas de disfrutar ricos y deliciosos quesos, ya sea en un sándwich, comidas o en una tabla para picotear. El queso también es siempre una buena combinación para un rico vino. Ese gusto que te deja en el paladar es inigualable e irrepetible. Es por esto que te damos consejos para que pruebes cinco tipos de queso con su correspondiente maridaje.
1. Queso Gorgonzola: Es un queso cremoso y puede ser dulce o picante, dependiendo del tiempo de maduración que posea. Es de un color amarillo con verde que lo hace llamativo a la vista y tiene un olor intenso que te lleva flotando a probarlo. Los mejores vinos para acompañarlo pueden ser un Sauvignon Blanc o un Chardonnay bien frío. También te recomendamos combinar este queso con frutos secos, ya que se lleva muy bien con nueces, almendras y avellanas.
2. Queso de cabra: Este exquisito queso es combinable con varios vinos. Su sabor algo picante y bastante seco, nos da la posibilidad de asociarlo a una alternativa muy frutal y un poco dulce, por lo que el Merlot se puede convertir en el mejor aliado para tu paladar. Ahora, también puede servirse con vinos blancos y acá el Late Harvest es su amigo fiel. Te recomendamos un queso de cabra bien fresco y con una producción lo más natural posible.
3. Queso Roquefort: Y acá aparece uno de nuestros quesos más fieles, aquel que no nos va a fallar nunca en una buena tabla de picoteo. El queso Roquefort queda perfecto con vinos tintos de guarda vieja, aromas y piernas intensas. El Syrah o un Malbec son la mejor compañía, dejando en el paladar un sabor que permanece. También lo puedes mezclar con arándanos, cerezas o el fruto negro que prefieras.
4. Queso Fontina: No es un queso muy conocido ni popular, pero es de origen italiano. De color marrón por fuera y no tan mantecoso en su textura, con un sabor suave y muy parecido al Mozarella, es especial para acompañarlo con un buen Cabernet Sauvignon o un Malbec. Para que el sabor sea mucho más intenso y le saques todo el provecho, te recomendamos acompañarlo con uvas frescas y un trozo pequeño de apio.
5. Queso Gouda: Aunque no lo creas, con el queso Gouda común y corriente es posible realizar un maridaje que deje tu paladar pidiendo otro pequeño trozo. Por ser un queso relativamente suave, es necesario acompañarlo con un vino que le dé fuerza e intensidad, por lo que te recomendamos dos: un Viognier bien seco o un Merlot muy dulce. Con esto, el queso Gouda se transforma en un queso de carácter fuerte y con un final perfecto.
Éstas son sólo ideas, por lo que te invitamos a probarlos y a experimentar sabores nuevos. También es necesario que te arriesgues y crees tus propias mezclas con tus quesos favoritos, siempre teniendo en cuenta sus características principales, como el sabor, textura y olor. Prueba con el vino que más te guste y da a conocer tu receta para que todos la podamos disfrutar.