No hay persona que que se resista a un delicioso cupcake o a una sabrosa torta. El gran “pero” es que la mayoría de estas tentadoras preparaciones incluyen grandes cantidades de azúcar refinada y son muchos los comensales que, por diversos motivos, no pueden o no desean consumir ese tipo de endulzante. La buena noticia es que ¡existen muchos otros tipos de endulzantes para postres! Entre ellos se destacan:
1. Azúcar: Proveniente del fruto de la caña o la remolacha, el azúcar es el endulzante para postres por excelencia. Fija aromas, otorga texturas más tiernas, da color a las cortezas y retiene la humedad. En general, el azúcar puede ser clasificada en rubia o morena y en blanca. La primera posee un color marrón y se caracteriza por no estar refinada del todo, conservando algunos nutrientes esenciales. La segunda, por el contrario, está completamente refinada. El azúcar se puede encontrar en forma granulada y glas (la conocida “azúcar flor”, utilizada para espolvorear preparaciones dulces).
2. Miel: La miel es producida por las abejas a partir del néctar de las flores y puede ser ocupada como endulzante en repostería. Se suele utilizar en postres lácteos, galletas, bizcochos y tortas, ya que atrae el agua y las mantiene húmedas por más tiempo. Sin embargo, es importante controlar el horneado de cerca, ya que los postres que contienen miel tienden al marrón más rápido que aquellos con azúcar refinada.
3. Sacarina: Hasta 500 veces más dulce que el azúcar, la sacarina adopta un ligero sabor metálico cuando se calienta por sobre los 70ºC. Por lo mismo, no es conveniente cocinar con ella, y se debe preferir en la elaboración de helados, yogures, cremas, etc. También es posible agregarla después de cocinar, para evitar que cambie su sabor. Y lo más importante: este endulzante no aporta calorías.
4. Sucralosa: Obtenida de forma sintética a partir del azúcar blanca, la sucralosa es 600 veces más dulce que ésta y no contiene calorías. Puede ser utilizada en la elaboración de diversos postres y gelatinas. Se mantiene estable a altas temperaturas, lo que la hace perfecta para cocinar y hornear. También se mantiene estable a bajas temperaturas, por lo que puede emplearse en postres congelados, helados o sorbetes.
5. Acesulfamo-K: Proveniente del ácido acético, este tipo de endulzante es estable a altas temperaturas y es utilizado en postres horneados, gelatinas, bebidas heladas, mermeladas, etc. Su sabor es duradero y estable. Endulza 200 veces más que el azúcar. Además, ¡no aporta calorías!
6. Stevia: Este endulzante natural, sin aporte calórico, proviene de la planta del mismo nombre y se puede encontrar en el comercio de manera líquida, granulada o en polvo. La stevia se mantiene estable hasta los 200ºC y es soluble en agua. Se puede utilizar para hornear y para cocinar, ya que no pierde su dulzor con la cocción. Ojo, eso sí, que el poder conservante de la stevia es menor al del azúcar, por lo que se recomienda consumir los postres cocinados con ella en el momento o dentro de los días próximos.
7. Néctar de Agave: El Agave es un endulzante que hace no mucho tiempo se abre paso en nuestro país y que proviene del cactus de Agave en México. Su dulzor es más elevado que el del azúcar blanca y tiene una consistencia parecida a la de la miel. Su sabor, algo frutal, lo hace ideal para endulzar postres horneados y cafés helados. Pero ojo, que aporta casi las mismas calorías que el azúcar. También hay que mencionar que dora las masas más rápido, por lo que es conveniente vigilar el horno y reducir su temperatura a la hora de cocinar.
Y tú, ¿qué otros tipos de endulzantes para postres conoces? ¡Atrévete a variar!