Dentro de las muchas responsabilidades que asumen las personas cuando deciden ser padres, la de alimentar correctamente a sus hijos para que crezcan sanos y fuertes parece ser una de las más difíciles. Desafortunadamente, la mayoría de los alimentos -si es que les podemos llamar así- atractivos para los niños contienen cantidades exageradas de azúcar, grasas y otros aditivos que a la larga pueden resultar nocivos para ellos en muchos aspectos. Además, está el problema no menor de que muchos niños se acostumbran a comer comidas poco saludables como papas fritas, hamburguesas, pasteles y helados y luego no quieren siquiera probar lo que en realidad los nutre y alimenta. Los padres pueden hacer muchos esfuerzos para que sus retoños se alimenten de manera sana, pero la influencia externa hace que la tarea no sea fácil.
Es importante entonces que los papás sepan de qué manera pueden preparar atractivas comidas que contengan alimentos poco atractivos como el brócoli, la acelga, las manzanas o la espinaca, y la verdad es que no es tan difícil lograr que se las coman sin regañar.
La primera táctica a la que podemos recurrir a menudo para incentivarlos a comer sano es la de cocinar con nuestros hijos, para que ellos se sientan partícipes del proceso y quieran probar el producto de su trabajo, aunque estos platos contengan coliflor o espárragos. De hecho muchos especialistas lo recomiendan como medida para instarlos a comer verduras sin que ellos se den cuenta.
Pero además de hacerlos acompañarnos en la cocina, podemos también preparar comidas visualmente atractivas para que ellos se sientan motivados a probarlas. Un simple plato de arroz con verduras puede ser mucho más interesante para ellos con solo un poco de ingenio e imaginación. Por ejemplo, el primer plato de la imagen, que contiene una encantadora parejita, está hecho con un par de bolitas de arroz y verduras como decoración. Las caras se hicieron con alga nori, pero también podemos formarlas con semillas. Con algo de creatividad, podemos preparar un hermoso paisaje o escena donde los alimentos saludables sean los protagonistas. Pero no necesariamente deben ser paisajes o figuras elaboradas, si la imaginación no es nuestro fuerte, podemos ayudarnos con moldes de galletas, o pinchos de colores y formas divertidas, como el segundo plato de la imagen. Además, basta con que pensemos que a los niños -y a cualquier persona- una presentación con alimentos de variados colores llamará mucho más su atención. Por lo tanto, cuando pensemos en comida saludable para nuestros pequeños, siempre consideremos al menos 3 colores diferentes para la comida o postre.
Y hablando de postres, con tanto azúcar al alcance de todos, los niños también son muchas veces reacios a comer frutas. Apliquemos la misma fórmula: preparémosles divertidos postres de frutas recurriendo al ingenio. Por ejemplo, podemos formar una palmera con tres elementos: plátano, kiwi y mandarina. El plátano cortado en rodajas será nuestro tronco, los gajos de mandarina formarán las hojas de la palmera, mientras que el kiwi lo utilizaremos como el "pasto". Las posibilidades son infinitas, no olvidemos que para su desarrollo es importante acostumbrarlos cuanto antes a comer alimentos "de verdad".