El jengibre es una raíz asiática con un sabor muy particular. No a todos les gusta cocinar con él y normalmente es usado en infusiones o preparados para adelgazar, aliviar dolores y calmar el resfrío. Pero esta receta que les mostraré a continuación, nada tiene que ver con sus propiedades terapéuticas, sino con su excelente sabor. Éste, combinado con lo dulce de la mermelada, serán u na verdadera explosión de sensaciones en el paladar.
Para esta receta necesitarás:
1 pechuga de pollo
1 cucharada de jengibre rallado
1/3 de taza de mermelada de durazno
Sal a gusto
Orégano a gusto
Preparación:
Lo primero es abrir la pechuga de pollo tipo mariposa, para luego adobarla con sal y jengibre. Se deja en el refrigerador al menos por una hora, para que el pollo tome todo el gusto del jengibre.
En un sartén con muy poco aceite, doramos la pechuga por ambos lados hasta que esté bien cocida. Reservamos.
Agregamos 2 cucharadas de agua al sartén, para que el jengibre que ha quedado adherido en el fondo se desprenda. Entonces, agregamos la mermelada de durazno.
Revolvemos de manera constante en fuego mínimo evitando que se pegue.
Esta salsa se coloca en la minipimer para que quede sin grumos.
Se pasa nuevamente la pechuga por el sartén, para que se caliente y agregamos la salsa por encima. Se puede rociar con algo de orégano.
Les comento que la combinación de lo picante del jengibre con lo dulce del durazno fascinó a mis comensales. Realmente es un plato de altura. Si te gusta, prueba también otros exquisitos platillos agridulces: pulpa de cerdo con Coca Cola y naranja, ensalada de pollo y brotes, 10 salsas agridulces.