El exceso de sal es dañino para la salud. Por eso, muchos optan por tratar de reducir su consumo, suprimiéndola de sus preparaciones caseras. El problema es que muchas veces es a costa de sacrificar el sabor de los platos. Y decimos “muchas veces”, no siempre; pues también existen formas de cocinar rico y sin sodio. ¿Cuáles? Te las contamos a continuación.
1.- Especias o hierbas aromáticas. Usarlas permite incorporar sabores diferentes a las comidas, haciéndolas mucho más ricas. Es que algunas realzan lo más exquisito de la carne, de los pescados e incluso de las frutas. Su gran variedad admite infinitas combinaciones para tus recetas. Sólo atrévete a probarlas.
2.- Limón o vinagre. Funcionan muy bien reemplazando la sal, pues otorgan un sabor inigualable a las preparaciones. Un saludable toque ácido, que colma el paladar. Se puede elegir entre uno u otro, o bien mezclar ambos. De cualquier forma, el resultado es exquisito.
3.- Usar otros productos con sal. La idea es reducir el consumo de sal, no eliminarlo, pues se trata de una sustancia necesaria para la salud. Y una buena alternativa para conseguirlo, es que el plato contenga al menos un producto con sodio, de manera de no reemplazar su sabor. ¿Un ejemplo? El queso parmesano, que siempre otorga un rico salado al spaghetti.
4.- El marinado. La carne y el pescado así quedan riquísimos. Muy sabrosos, tiernos y frescos. Un dato: un asado remojado en vino tinto, vinagre balsámico, aceite de oliva y hierbas; es ¡uf! Lo mismo con una carne blanca en romero y zumo de limón.
5.- Cocción al vapor. Al cocinar los alimentos en agua, tienden a perder su salado natural. Por eso, si se prefiere hacerlo al vapor, conservan toda la riqueza del sabor. Así que preparar unas verduras o carnes blandas de esta forma no vendría nada de mal.
Y tú, ¿te atreves a probar algunas de estas alternativas?