Los scones son una típica masita inglesa de desayuno. Como muchas cosas del mega imperio Inglés, los scones han llegado a casi todo el mundo y se han convertido en snacks favoritos para cualquier ocasión. Prepararlos no es difícil, pero lograr la textura exacta de la masa requiere de cierta pericia.
Ingredientes
2 tazas de harina cernida con polvos de hornear
4 cucharadas de azúcar, si eres de paladar dulce, puedes agregar más
2 cucharaditas de canela en polvo
¾ taza de mantequilla
1 huevo grande
¼ taza de café cargado, puedes usar tu grano favorito o café instantáneo
¼ taza de leche
Porciones 15-20 scones
Preparación
Mezcla en un bowl la harina, junto al azúcar y la canela.
Corta la mantequilla en trozos y utilizando las paletas de masa de la batidora, una procesadora para masas, o simplemente tus manos, mezcla la mantequilla con los ingredientes secos, hasta formar pequeñas “migas”. La idea es que los trozos más grandes de mantequilla no sean de diámetro mayor a una arveja.
Mezcla el huevo, café y leche. Agrega este mix a la masa y mezcla hasta lograr una masa suave y pegajosa.
Enmantequilla un molde para horno y precalienta éste a 200C.
Aquí tienes 2 opciones, si quieres figuras “perfectas” puedes estirar la masa y cortar figuras. O si prefieres un estilo más rústico, puedes utilizar solo tus manos y darle la forma que quieras a tus scones. El grosor no debe ser superior a 1 ½ - 2 centímetros. Puedes espolvorear tus masitas con azúcar o glaseado.
Cocer en horno a 200C por 12-15 minutos, hasta que los scones estén dorados.
Puedes servirlos solos, con mantequilla, miel, mermelada, nutella, etc. Mi versión favorita es comerlos acompañados de un rico café recién molido.