El merengue es parte fundamental de cualquier repostería. Todos alguna vez hemos tenido que batir unas claras y añadir azúcar, porque así de fácil es la preparación de este exquisito dulce. Pero en este proceso tan sencillo también existen una serie de recomendaciones para que este resulte perfecto.
- Un consejo no muy común es que si separas las yemas de las claras tres días antes del día que las ocuparás, y las dejas en un recipiente hermético en el refrigerador. Tu merengue resultará mucho más consistente. Sin embargo, en el momento que decidas batirlas deben estar a temperatura ambiente.
- Otro consejo para potenciar tu merengue, es que antes de comenzar a batir, debes echarles un pellizco de sal (muy poco) y luego cuando ya haya subido su volumen, agregar el azúcar. No antes, como suelen hacerlo muchas personas.
- Si quieres realizar “merengues duros” la técnica se encuentra en el horno. Lo primero es que al momento de cocerlos, la puerta del horno debe quedar entreabierta. Lo que se busca cuando los pones al horno es que estos se sequen, no que se quemen, por lo que la llama debe ser baja, a unos 120º C, durante 1 hora y media.
- Un truco para los merengues adquieran un sabor distinto, es aromatizarlos con diversas esencias. Estas pueden ser chocolate, café, fresa o almendras. Si es que decides aromatizar tus merengues, es preciso que reemplaces la cantidad que ocuparás por azúcar.
- Para que el merengue adquiera volumen y consistencia, el movimiento al batir debe ser continúo y envolvente, para que de esta forma entre aire a nuestra preparación.
- Para no pasarnos en la cantidad de azúcar existe una técnica muy fácil de recordar. El azúcar y las claras deben pesar lo mismo.
- La última recomendación es ocupar azúcar flor, ya que es mucho más fácil de absorber por parte del merengue.