Sin duda uno de mis ingredientes preferidos por su capacidad de transformar los platos es el pimentón en polvo. Denominado por lo húngaros como Páprika, este condimento está inscrito en los libros de historia a partir de 1493, año en que Cristóbal Colón regala a los Reyes Católicos la especia como ofrenda. Desde ahí España se convirtió en el principal consumidor del condimento, utilizándolo en gran parte de su gastronomía.
Otra de las particularidades del pimentón es su gran variedad de colores: los hay amarillos, verdes, rojos e incluso anaranjados, los cuales han podido ser llevados al polvo a través de nuevas técnicas implementadas a través del fitomejoramiento genético. Se dice que los ajíes también pertenecen a la familia de los pimientos, con la diferencia que unos pican y los otros no.Dentro de la familia del pimentón hay de diversas clases, tales como el pimentón dulce, el picante, el agridulce y el de España.
Pero el pimiento morrón, como es también conocido en Chile, no sólo brinda color, aroma y sabor a los platillos, sino que también es una fuente desconocida de vitaminas y minerales, tales como: calcio, potasio, fósforo, magnesio, vitamina A y vitamina B. Además tiene la capacidad de ser un buen tratamiento de enfermedades del tipo digestivo, tales como el estreñimiento, además de poseer propiedades diuréticas, lo que quiere decir que estimula la eliminación de líquidos y toxinas del organismo.
La búsqueda del color perfecto es una odisea, ya que dependiendo de la calidad de la especia será el sabor que el platillo tomara al final de la cocción.
Una opción para obtenerla son las diferentes cadenas de supermercados, pero lo que yo aconsejo a los verdaderos amantes de la cocina es darse un paseo por un mercado orgánico, la Vega o alguna feria. Entre mejor procesado el ingrediente mejor conservará sus propiedades y bondades.
Recetario de una amante de la Páprika: Dejo en sus manos una serie de recetas en las que no puede faltar el ingrediente elemental.
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Paella: Cierras los ojos y con el sólo aroma sientes que viajas inmediatamente al antiguo continente, a la madre patria. Sin duda no podemos hablar de pimentón sin incluir esta receta dentro de los imperdibles. ¿La Reina Isabel la Católica habrá probado la paella? Probablemente. No existe quien pueda resistirse a ella.
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Ratatuille: Podríamos creer que es el nombre de una película de Disney y Pixar, pero no: el platillo que Anton Ego come existe en la realidad y es a base principalmente de pimientos de todos los colores. Una forma sana y rica de almorzar, aunque esperemos que nuestro almuerzo no sea preparado por ratones.
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Lasaña vegetariana: Si de preparaciones se trata, no podían faltar las pastas y una buena lasaña de verduras es muy bien recibida por comensales hambrientos. Reemplazando a la tradicional boloñesa, este platillo puede ser ingerido hasta por el más vegetariano. Disfrutemos de un trozo de historia y con mucho color.
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Ensalada de Quínoa: Pero las preparaciones no sólo se sirven en platillos calientes, también los deliciosos pimentones pueden ser utilizados en frescas ensaladas de estación. La Quínoa ha sido un descubrimiento reciente de la gastronomía y que mejor que combinarla con la inigualable páprika en todo su esplendor.
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Ensalada Veraniega: Si bien vamos entrando a una nueva temporada, no es malo de vez en cuando recordar los días de verano, sobre todo en las ciudades que mantienen un clima mediterráneo. Esta exquisita ensalada con aderezo de cilantro no sería nada sin la aparición de los pimentones que le hacen juego. ¿Qué dices tú? ¿Te atreves a probar estás recetas?
Imagen tipos de Paprika CC Coato Imagen Paprika en polvo CC Craig jenkins Imagen Pimentón fresco CC Sandra Donoso