La cultura gastronómica de nuestro país se surte no sólo de sabores y aromas únicos, sino que también de aquellos que nacen sin mediar aviso, en alguna noche de jarana o, simplemente, como parte de nuestra tan típica picardía. Esa mezcla de circunstancias es la que encuentra su meta en una receta de antaño, que recuerda ese bar escondido entre un par de calles, en donde el humo de la historia se respira cual oxígeno. Se trata del Vino navegado, receta típica chilena y una buena excusa para tomar vino y juntarse con los amigos en una amena charla, ya que la tradición dice que es una excelente opción para pasar el frío y entrar en calor. Aromatizado con jugo de naranja, cáscara de naranja, canela y clavos de olor, se transforma en el mejor brebaje para dejar que la noche haga, simplemente, lo suyo.
Ingredientes (6 porciones) -1 botella de vino tinto
-1/3 taza de jugo de naranja
-2 naranjas
-2 palos de canela
-4 clavos de olor
-½ taza de azúcar
-4 cucharadas de azúcar
Preparación Partir la naranja en rodajas finas, eliminar las pepas, espolvorear con 4 cucharadas de azúcar, dejarlas macerar por 10 minutos.
En una olla mezclar el vino tinto, el jugo de naranja (colado y sin pepas), los clavos de olor, la canela y el azúcar. Revolver hasta integrar completamente.
Cocinar a fuego suave hasta que hierva. Una vez que haya hervido agregar las rodajas de naranja maceradas. Servir caliente en tazas o pocillos pequeños.
Hay pocas recetas que, más allá de su sabor, la historia y misterio que las rodea es más fuerte que cualquier otro elemento. Envuélvete con el halo de la bohemia de los años mozos con un delicioso Vino navegado, que al momento de subir a la cabeza te hará recordar, sin duda, los instantes más graciosos de tu vida.