Es curioso que las callampas o setas, raramente jueguen un rol principal en nuestras preparaciones. Habitualmente quedan relegadas para aromatizar salsas o para preparaciones livianas como sopas y ensaladas, a pesar de ser un alimento de mucho sabor, alto en fibra y con poquísimas calorías, que a la vez requiere de escasa preparación.
Uno de los grandes inconvenientes de los champiñones y otros hongos comestibles es su corta duración: deben mantenerse refrigerados y, al cabo de diez días desde que son envasados, lo más probable es que ya no se puedan utilizar. Pero tienen la cualidad de poseer un alto contenido de agua (alrededor del 80%) por lo que, al deshidratarlos, no solo se extiende su vida útil, sino que la concentración de sabores es mucho más intensa en comparación con otros vegetales secos.
Las Callampas Seleccionadas de la marca Gourmet vienen en un conveniente envase de 30 gramos, suficiente para 2 personas si se emplea como plato principal, aunque puede rendir mucho más si se utiliza como acompañamiento. Yo las adquirí en Líder a $890.
Para esta receta solo necesitamos algunos ingredientes adicionales y unos 10 a 15 minutos de preparación:
Ingredientes (para 2 porciones)
Para las callampas:
- 1 paquete de Callampas Seleccionadas Gourmet
- 1/2 cebolla morada
- 2 cucharadas de crema
- 50 ml de vino blanco
- 1 taza de agua tibia
- 2 cucharadas de aceite de oliva (para saltear)
- sal y pimienta a gusto
- 1 taza de arroz blanco
- 2 dientes de ajo
- 1 y 1/2 tazas de agua hirviendo
Mientras tanto, mezcla el agua tibia con el vino blanco y deja las callampas remojando por unos 5 a 10 minutos. Luego, retíralas del líquido y pícalas del tamaño que desees (no hay problema si las agregas enteras). Reserva este líquido para más adelante.
A continuación, pica la cebolla en cubitos y saltéala con el aceite de oliva hasta que se torne ligeramente transparente.
Cuando estén levemente dorada, agrega las callampas y saltéalas por unos dos minutos para que se mezclen bien con la cebolla. Agrega la mitad del líquido de remojo de las callampas y revuelve los ingredientes para desglasar el fondo. Verás que rápidamente las callampas habrán absorbido casi la totalidad del líquido.
Si deseas que la preparación quede más jugosa, en este punto puedes añadir el resto del líquido, o bien, otros 25 ml de vino blanco. Apaga el fuego y agrega las dos cucharadas de crema, la sal y la pimienta, revolviendo para que todo quede bien mezclado.
Si deseas utilizar esta preparación como salsa para acompañar carnes rojas o pollo, puedes licuar las callampas en este punto, agregando un poco de agua caliente o caldo de pollo o verduras si te hace falta algo más de líquido para el proceso. Para mí, las callampas por sí solas son excelentes como plato de fondo.
Sirve de inmediato con un poco de arroz graneado y ¡disfruta!