A primera vista, el nombre de esta receta nos da pie para pensar que se trata de la mezcla entre un bizcocho y un flan, y si bien es cierto, la verdad es que es mucho más que eso. El Bizcoflan logra unir lo mejor de dos preparaciones de antaño, de sabores tradicionales y únicos y con texturas particulares. Por medio de una sencilla preparación y con ingredientes básicos, se logra obtener un postre único en su especie, un plato que combina lo mejor de dos mundos dulces en una verdadera joya gourmet.
Ingredientes (10 porciones)
-7 huevos
-½ litro de leche
-120 gramos de azúcar
-90 gramos de azúcar
-200 gramos de azúcar
-90 gramos de harina
-Unas gotas de jugo de limón
Preparación Preparar un caramelo, colocar en un sartén 200 gramos de azúcar y las gotas de jugo de limón, dejar que se disuelva hasta que adquiera el color del caramelo, cuidando de no quemarlo. Poner el caramelo en el molde que vamos utilizar, cuidando de impregnar el fondo y las paredes.
Para preparar el flan, en un recipiente batir 4 huevos, incorporar 120 gramos de azúcar, añadir poco a poco ½ litro de leche tibia, sin dejar de batir, volcamos la mezcla en el molde acaramelado.
Para el bizcocho, en un recipiente batir 3 huevos con 90 gramos de azúcar, incorporar la harina cernida, mezclar con ayuda de una cuchara de madera con suaves movimientos envolventes. Volcar con mucho cuidado sobre el flan, podemos ayudarnos de una cuchara puesta al revés para amortiguar la caída. Colocar el molde en otro recipiente para cocinar a baño maría, colocando el molde dentro de otro molde con agua tibia, hornear por 30 a 45 minutos (depende del horno), comprobar que esté listo insertando un palo de brocheta. Dejar enfriar antes de desmoldar.
Soy fanática de los postres y, como tal, ya tomé esta receta como una de mis predilectas. ¿Qué mejor que disfrutar de dos delicias en una? ¡Nada! Ponte a todo con el frío que hay allá afuera y cocina las cosas más ricas para pasar una entretenida tarde, como este Bizcoflan que, definitivamente, podría quedar en la historia de la repostería como la perfecta fusión de dos mundos.