Los Pasteles de Belém, o también llamados en su lenguaje materno "Pasteis de nata", son una especialidad característica de la cocina Portuguesa. Su preparación consta de una receta muy fácil y con ingredientes que todos tenemos en la casa, resultando en un snack cálido, muy dulce y que nos recuerda lo rico de comer en el hogar. Pero su historia es tan interesante como el plato terminado. Su origen data de principios del siglo XIX en la localidad de Belém, donde en todos los monasterios se puso a la venta unos deliciosos pasteles llamados "Pastéis de Belém", receta secreta que desde ese entonces es transmitida y conocida exclusivamente por los maestros pasteleros que los fabrican de modo artesanal. Esta receta se mantiene inalterable hasta hoy en día. De hecho, es por medio de una exigente elección de ingredientes.
Marca registrada de origen conventual que en forma de un rico pastel de crema llega a estas latitudes para acompañar las frías tardes de invierno. ¡A disfrutar!
Ingredientes (12 unidades) -100 gramos de harina sin polvos de hornear
-100 gramos de harina con polvos de hornear
-200 gramos de mantequilla
-1 cucharadita de sal
-70 centímetros cúbicos (cc) de agua fría
-250 gramos de azúcar
-125 mililitros (ml) de agua
-30 gramos de harina
-4 yemas
-¼ litro de leche
-Ralladura de limón
-1 palito de canela
Preparación En la mesa cernir las harinas con la sal, cortar la mantequilla en cubitos. Con los dedos integrar formando una especie de arena, agregar la cantidad necesaria de agua para unir y formar una masa, sin amasar. Espolvorear la mesa con harina, estirar la masa con un uslero enharinado, formar un rectángulo de unos 20 x 35 centímetros más o menos. Doblar el rectángulo en cuatro partes, primero los bordes hacia el centro y después por la mitad. Pasar apenas con la mano un poquito de harina. Emparejar el cuadrado y doblar las dos partes como un libro.
Envolver en papel transparente o en una bolsa plástica y dejar reposar en el refrigerador por 20 minutos.Repetir esta operación cuatro veces, al cabo de las cuales la masa de hoja u hojaldre está lista para ser utilizado.
Poner en una olla los 125 mililitros (ml) de agua con 250 gramos de azúcar, hervir por 4 minutos y retirar del fuego. Reservar el almíbar.
Disolver 30 gramos de harina en un poco de leche. En una olla colocar la leche restante con la ralladura de limón y la canela a hervir. Cuando comience a hervir, añadir la mezcla de harina y leche y sin dejar de revolver llevar de nuevo al fuego hasta que comience a hervir. Retirar del fuego y añadir en hilo el almíbar, mezclar bien, colarlo y dejar enfriar la crema.
Sacar la masa del refrigerador, retirar el plástico y estirarla con el uslero, enrollarla formando un tubo, cortar trozos de 2 a 3 centímetros.
Enmantequillar moldes individuales (queque o tartas), poner en cada molde un trozo de masa, aplastarla en el centro y con la ayuda de los dedos ir aplanando hacia los lados hasta cubrir todo el molde hasta el borde (dejar los bordes más gruesos), pinchar con un tenedor la base.
Cuando la crema este tibia, batir un poco las yemas, colarlas y agregarlas sobre la crema, mezclar muy bien.
Llenar con esta crema los moldes forrados en masa, sin llenarlos del todo, solo ¾. Llevar a horno pre calentado por 15 a 20 minutos hasta que los veas dorados.
Dejar enfriar un momento hasta poder desmoldarlos. Servir tibios o fríos espolvoreados con azúcar flor y canela.
El frío asecha y es la mejor excusa para comer las más ricas delicias dulces que la cocina del hogar nos entrega. ¡No hay duda! Lo hecho en casa es inigualable. Empieza a hacerle el mejor de los honores preparando estos ricos Pasteles de Belém, receta que te transportará al Portugal de antaño, en donde manos sagradas preparaban con paciencia de oro verdaderos manjares para el paladar.