Muchas veces el vino es un ingrediente más en alguna receta que preparamos. Por eso, elegirlo bien podrá marcar la diferencia y aportar sabor al plato, ya que cumple la misma función que las especias, cuando se trata de ocuparlo para cocinar.
Los vinos secos tintos y blancos son ideales. En cuanto a los vinos rojos secos, se caracterizan por entregarle color a las comidas y se recomiendan para salsas de tomate con carnes rojas. En general, el vino sirve para ablandar las carnes.
Por ejemplo, si lo que se está cocinando es carne de cordero o cualquier otra carne roja asada, el vino tinto adecuado podría ser un Zinfandel o Syrah. Ambos le vienen a aquellas recetas que requieren de tiempo considerable a fuego lento.
En cambio, cuando se trata de una preparación que incluye carne roja, pero que es más liviana que las anteriores, un Pinot Noir podría ser el vino indicado o uno con cuerpo tipo Merlot.
Asimismo, se recomienda un Chianti, el cual aporta un sabor intenso. Para salsas de tomate, pastas o pizza, una buena alternativa son los vinos más ligeros y afrutados. En caso de cocinar un guiso, un chorro de oporto le dará el toque especial.
Mientras que los vinos blancos le otorgan acidez a la preparación, y se sugieren para salsas de crema, carnes blancas, pescados y mariscos. Un Sauvignon Blanc podría darle un toque a hierbas frescas.
Vinos blancos más aromáticos como el Viognier, Gewurztraminer o Riesling son recomendados para recetas de sabores fuertes, picantes o condimentadas. Estos vinos se caracterizan por sus aromas exóticos y sabores intensos y frutales.
Otra opción es mezclar un poco de vino blanco con mantequilla fundida, perejil y un poco de ralladura de limón, en una sartén. Esta es una fácil y sencilla salsa para acompañar el pollo o pescado a la plancha. En tanto, uno más dulce será el ideal para postres.
Una recomendación a la hora de cocinar con vino, es esperar 10 minutos luego de añadirlo, y en ese momento probarlo. Este brebaje necesita estar a fuego lento durante unos minutos para que le aporte a la preparación el sabor que se desea.
Por último, se deben evitar los vinagres en la misma receta, ya que no combina bien con el vino. En caso de incorporarlos, es bueno ocupar un vino sencillo, pero bien equilibrado. Y cuando se utilizan tomates, ya que tienen gran acidez, es recomendable añadir vinos más dulces, para compensar el ácido y así usar menos azúcar en la salsa.