En décadas anteriores, la cocina a gas, la leña o el carbón, solían ser las únicas alternativas para preparar alimentos. Pero en la actualidad diversos electrodomésticos - entre los que se encuentran las parrillas eléctricas, los microondas y los llamados "hornos mágicos" -, han simplificado la tarea de la cocción y la elaboración de recetas. Generalmente, confundimos estos dos últimos, principalmente debido a que ambos poseen un nombre similar, pero lo cierto es que existen marcadas diferencias entre uno y otro a la hora de cocinar. Si sueles confundir la función de estos dos artefactos, a continuación encontrarás algunas de sus características principales.
Horno mágico
El horno mágico, contrario a lo que se pueda pensar, no tiene la típica forma cuadrada a la cual asociamos a estos artefactos. A simple vista, luce como una olla con tubo divisor en el medio (como las que tienen los moldes para hacer queques) y una tapa. Su nombre se debe a que gracias a él es posible elaborar diversas preparaciones, sin necesariamente utilizar el horno de la cocina, de manera mucho más fácil, limpia y económica. Dentro de sus cualidades positivas, la principal es que no necesita electricidad y gracias a ello, se puede ahorrar energía. El calor de horno mágico se genera y se dispersa gracias a que posee ranuras, tanto en la parte superior de la olla como en la tapa. Estos orificios, al abrirse o cerrarse, generan una corriente de calor. Al girar la tapa - regulando este movimiento - se puede dorar los alimentos por encima o lograr una adecuada cocción en el fondo.
Más que un dispositivo para cocer alimentos por sí solo, se trata de un accesorio que necesita del combustible a gas (o de otro tipo), para poder cumplir su función. Principalmente se utiliza para repostería, pero también es posible preparar pan, pollo asado y papas al horno, entre otros platos, según el gusto y la expertise del cocinero. Debido a que este recipiente conserva los jugos de los comestibles, se conserva de mejor manera el sabor y los alimentos no se endurecen ni se resecan.
Horno microondas
Por el contrario, un microondas utiliza la electricidad (genera ondas electromagnéticas de alta frecuencia) y por sí mismo no sólo puede cocinar, sino que además ayuda a descongelar, gratinar y calentar los alimentos. Este electrodoméstico no necesita de otro tipo de combustible y permite preparar una serie de recetas. Sin embargo, genera un alto consumo de energía eléctrica, se ensucia con mayor facilidad (al igual que un horno tradicional) y el sabor de los alimentos no suele ser el mismo. Esto, ya que en ocasiones este tipo de horno puede resecar los alimentos. En cuanto a tiempos de cocción, es más rápido que el llamado "mágico".
Algunas de las funciones de un microondas, que suelen ser menos conocidas, son ablandar legumbres y miel, eliminar los grumos de la azúcar y la sal, deshidratar verduras y hierbas, recuperar el pan endurecido, esterilizar frascos, desinfectar accesorios de cocina, entre otras.
Tanto un microondas como un horno mágico son un aporte a la hora de innovar o preparar recetas tradicionales. Dependiendo de los resultados que quieras lograr, el tipo de combustible con el que cuentes y también de los ingredientes que utilizarás, debes definir cuál de los dos es tu mejor alternativa.