Hace algunos días estuve de cumpleaños y decidí invitar a algunos amigos para celebrar mis veintisiempre, para esto tenía que ver qué les iba a ofrecer para comer, ya que no los podía llenar solo con destilados, es por lo que hice una lista de lo que no podía faltar para el picoteo:
- Aceitunas negras y/o verdes: para prepararlas, las lavé y las aliñé con un poco de sal, limón y aceite, también se le puede agregar orégano, quedan muy buenas.
- Queso crema: un infaltable en cumpleaños es este tipo de lácteo, agregándole salsa de soya y sésamo encima, no habrá quien se resista.
- Guacamole: para los más internacionales con palta, tomate y ajo los tienes felices toda la noche, lo puedes acompañar con nachos o papas fritas (importante tener de las dos variedad, porque mañosos hay en todos lados).
- Salsa de ciboulette: lejos mi salsa untable preferida, con un yogurt natural, un poco de mayonesa y ciboulette, tienes un acompañante que no te va a fallar.
- Canapés: acá es cuando se pone delicado el tema, ya que quería hacer algo bonito y delicioso, por lo que compré panes de canapé, los partí por la mitad y los unté en mayonesa. Para la decoración utilicé choritos al agua, choclo de cóctel, tomate cherry, palmitos, ciboulette, espárragos y pimentón rojo. Lo importante es jugar con los colores, por ejemplo, una rodaja de palmito con un trozo de esparrago o la mitad de un tomate cherry con ciboulette al costado. La idea es ser creativo.
Cuando tenía listas las cosas para comer, fui al supermercado y compré pisco, ron, cerveza, jugo y bebida blanca y negra, ya que no todos tienen los mismos gustos. Para adornar, compré algunos globos para colocarlos alrededor, una hielera para las cervezas y algunas fuentes coloridas para darle vida a la mesa.
Por último, puse el computador afuera con una lista de canciones diversas, las cosas para comer, vasos, tragos y con esto ya estaba lista para esperar a mis invitados.
Es importante siempre tener variedad y una cantidad prudente, ya que si se tiene mucho bebestible y nada para comer, la fiesta puede terminar en una desagradable anécdota y en cuanto a la torta, lo mejor es que otro la compre, para que la cara de sorpresa sea real.