Esta receta no tiene ninguna ciencia ni tampoco una historia sentimental detrás. Es solo una combinación que me gusta y que siempre preparo. Sobre todo cuando tengo que llevarme almuerzo al trabajo y la noche anterior estoy muy cansada como para cocinar algo más elaborado.
Me gusta, porque cumple con los requisitos básicos de un buen almuerzo de oficina: es rico, rápido, toma algo así como 15 minutos, es muy “transportable” y fácil de comer sentada en cualquier parte. Además, como incluye proteínas es bastante contundente.
Aquí va.
Ingredientes (para 1 plato)
1 filete de salmón
Lechuga
Palta
Choclo
Albahaca
1 huevo duro (si quieres)
Limón
Aceite de oliva (opcional)
Preparación Lo primero es descongelar el salmón. Yo siempre compro esos envasados del supermercado y trato de dejarlos en la parte de abajo del freezer un rato antes, mientras tomo once o descanso.
Cuando el salmón esté ok, para hacerlo más sanito, lo pongo en un sartén con un poquito de agua, aunque si quisieran podrían hacerlo con mantequilla y quedaría increíble y doradito. Pero como en este caso solo queremos cocerlo, el agua es suficiente. Agregamos una pisca de sal y pimienta para aliñar.
Ojo que el agua se va secando, por lo tanto, hay que ir echándole más al sartén a medida que vas dando vuelta el salmón.
Mientras se hace (en no más de 10 o 15 minutos),ponemos a cocer una media taza de choclo y un huevo duro. Por otra parte, picamos lechuga, la cantidad que estimes conveniente y la lavamos bien.
Luego cortamos palta en cuadritos y la agregamos a la preparación. Añadimos el choclo cocido, el salmón picado y mezclamos todo. Para darle un toque especial y fresco a nuestra ensalada, espolvoreamos con un poco de albahaca en polvo. Obviamente, si tienen albahaca fresca muchísimo mejor.
Y para terminar, si no se la van a comer altiro, envasamos y guardamos hasta el otro día.
Para aliñar bastará un poco de limón y un toque de aceite de oliva. ¡Qué la disfruten!