La campana o extractor de cocina, es un aparato que la empresa Ven-A-Hood creo por primera vez en el año 1940 en Estados Unidos, y que hasta hace poco tiempo no era muy utilizado en la cocina, sin embargo hoy se ha vuelto una más que una necesidad.
Se considera un electrodoméstico ya que suele funcionar vía electricidad (útiles para instalar en departamentos), sin embargo esto no es excluyente ya que también las hay manuales (en especial las que se instalan en casas).
Su función principal es como lo dice su nombre, extraer todo el vapor emanado de la cocina que suele estar acompañado de grasa, atrapándolo y succionándolo por un tubo que sale por el techo. De este modo, el aire en la cocina se ventila y los residuos en suspensión no se adhieren a las paredes o techos, evitando así la acumulación de hongos, humedad y malos olores.
Como mencionábamos, de acuerdo al tipo de hogar en que se instalan, pueden ser tener dos modalidades:
- Evacuar el aire y gases succionando hacia el exterior de la cocina por medio de un tubo.
- Succionando el aire y pasándolo por un filtro que atrapa la grasa, devolviéndolo luego nuevamente a la cocina una vez limpio.
La primera modalidad de campana es más fácil de instalar y conseguir, y funcionan de mejor forma ya que elimina también olores. Siempre al elegir una, se debe procurar que el material del que están fabricadas sea resistente a la humedad para evitar corrosión, por lo que la fabricación tiene que ser en cobre, acero, cristal, acero inoxidable o plástico resistente al calor.
Como ves, tener una campana en tu cocina es muy efectivo para evitar daños en tu hogar, sin embargo también requiere de ciertos cuidados: Debes estarla limpiando constantemente para evitar así que se tape y pierda sus propiedades de uso (cada uno o dos meses), sin embargo si funciona correctamente tu casa se mantendrá siempre ventilada de los desechos emitidos por la cocina.