Ajo, mantequilla y merkén. Con eso y poco más en la cocina, podemos hacer maravillas. Prácticamente todo queda bueno con alguno o todos estos ingredientes. La mantequilla aporta grasa, liga las preparaciones y es deliciosa. El ajo le da sabor a lo que toca, ese sabor que por lo menos a mi me fascina. Y por último, el merkén es uno de mis condimentos favoritos, tiene ese sabor ahumado que en mi opinión representa a la comida chilena. Un sabor picante y prominente, es perfecto para muchas preparaciones.
Ajo:
Allium Sativum es el nombre científico de esta planta. Al parecer sería originaria de la parte mas occidental de Asía. Hace más de 7.000 años se cultiva por el ser humano y no se conoce en forma silvestre. Este condimento acompaña perfectamente a las carnes de todo tipo, pastas y toda la comida mediterránea. También la comida oriental. La verdad es que queda bien ¡con todo! (excepto con los dulces...). Las maneras clásicas de prepararlo es cocido, para el sofrito o picado para adobar. También se lo puede conservar en aceite de oliva o hacer conservas con otros condimentos, como la hoja de laurel.
Mantequilla:
Este producto mandado directamente por lo dioses al ser humano, es perfecto. Se obtiene de la leche (no suena muy bonito, realmente es la grasa de la grasa de la leche). Lo importante es su sabor, suave y elegante. Por algo los franceses le ponen mantequilla a todo, desde los platos salados hasta la repostería y los dulces.
Este aliño ancestral mapuche, está hecho a base de ají cacho de cabra seco, ahumado, junto a semillas de cilantro y sal. Todo esto se muele y nace el merkén. Es perfecto para preparar carnes, salsas, ensaladas y prácticamente todo. Incluso lo he probado con chocolate y queda magnifico. Es importante tener en cuenta que pica y hay gente que no soporta el picor.
Teniendo estos tres ingredientes en tu cocina, ¡no le va a faltar nunca sabor a tu comida!