Las preparaciones crudiveganas mezclan dos tipos de alimentación: la alimentación cruda (crudivorismo) y la alimentación vegana (veganismo). Así, una preparación de este tipo contiene exclusivamente ingredientes crudos y que no provienen del reino animal.
La alimentación cruda, también conocida como “alimentación viva”, es aquella que incluye alimentos naturales, frescos, sin aditivos, sin refinar, ojalá orgánicos y que no han sido expuestos a una temperatura superior de 42ºC. La dieta vegana, por su parte, excluye todo alimento que sea de origen animal: la carne, los huevos, los lácteos y sus derivados, etc.
Las preparaciones crudiveganas, también conocidas como raw food o raw vegan, se caracterizan por el predominio de frutas, verduras, hortalizas, hojas verdes, semillas como la linaza, la chía, el cacao, raíces, brotes, frutos secos, algas, germinados, etc. ¡Pero no te desanimes! Dentro de la cocina raw vegan puedes encontrar una infinidad de posibilidades. Hay cientos de recetas de todo tipo, desde las más gourmet - como cheesecakes y lasañas -, hasta sencillas sopas frías, ensaladas y postres. ¿Y qué tal una tarta, rollitos de canela, trufas, helados o tallarines? La mayoría de las personas creen que estas preparaciones son restringidas, ¡pero el único límite es tu imaginación! Si hasta pan crudivegano puedes encontrar (el exótico pan esenio o germinado).
En las preparaciones crudiveganas consumimos los alimentos tal como los entrega la tierra, sin cocinarlos. De esta manera, se espera conservar todos sus nutrientes y enzimas originales que, al ser expuestos a altas temperaturas, son destruidos. Además, al consumir los alimentos de manera cruda o “raw”, podemos aprovechar por completo toda la energía vital que éstos nos otorgan.
Los beneficios de este tipo de alimentación son varios: alto contenido de fibra, vitaminas y minerales, baja cantidad de toxinas y toda la energía que nos aportan los alimentos vivos. Pero ojo, que esto no significa que las preparaciones sean mayoritariamente frías. ¡Crudo no es lo mismo que helado! Las recetas crudiveganas también contemplan preparaciones tibias. Por ejemplo, puedes preparar una sopa cruda con vegetales frescos y orgánicos para, posteriormente, calentarla a fuego bajo hasta lograr entibiarla. ¡Y sin dañar sus nutrientes!
Lo más interesante de las preparaciones crudiveganas no es sólo lo bien que le hacen a nuestro cuerpo y nuestra mente, sino que también son una invitación directa a utilizar toda nuestra creatividad. ¿Has escuchado hablar del queso de almendras, o de semillas de girasol? ¡Ñami!
Y tú, ¿te animas a probar alguna de estas preparaciones?