Las ensaladas son el almuerzo o cena ideal para aquellos días en los que tienes antojos de algo rico, pero te faltan las ganas de ponerte a trabajar en la cocina. Y ya sea que quieras comer algo simple y liviano o algo un poco más elaborado, si tienes a mano un aliño para ensaladas, escasamente tendrás que picar algunos ingredientes y ¡listo! ya tienes tu almuerzo.
Probé el aliño para ensaladas Cesar Salad Light de la marca Gourmet, porque no hay nada que pueda darle vida a un par de hojas de lechuga como la mezcla del sabor a queso y ajo, tan característica de este clásico aderezo. También me alegró que su contenido de sodio por porción fuese bastante inferior al de varias marcas importadas que se encuentran en los supermercados, y el precio me pareció de lo más razonable (en Jumbo lo adquirí a $1.290).
Pero tampoco soy amiga fraterna de la lechuga, y la verdad es que habría sido un gasto bastante absurdo si solo pretendiera ocupar este producto para aliñar las escasas 2 o 3 ensaladas césar que soy capaz de comer antes de aburrirme por un buen tiempo. Así es que también tuve ocasión de comprobar que es un aliño de lo más versátil: lo usé para reemplazar la mayonesa en esta rica receta de betarragas rellenas y también resultó excelente para acompañar esta entretenida ensalada de brotes de alfalfa y manzanas verdes. Ahora, si no eres de esas personas que van sagradamente al mercado todos los domingos a comprar verdura fresca (o si, en realidad, ni siquiera te gustan mucho las ensaladas), con nada más que un poco de harina, levadura y cualquier condimento olvidado que tengas en la despensa, puedes preparar unos ricos grisines saborizados y aprovechar de untarlos en el aliño para ensaladas Cesar Salad Light. Claro que no fue pensado como dip para picoteo pero ¿quién lo va a saber? Al final, quedó igual de rico.