El aceite es parte importante de nuestra dieta y no hay cocina en que no esté presente. Lo utilizamos a diario y sus usos van desde darle sazón a nuestra comida, cocinar carnes o vegetales, hasta ser parte central de algunos remedios “caseros”.
Aunque el aceite está asociado con malos hábitos alimenticios, la verdad es que este producto al ser consumido de forma adecuada es beneficioso; es más, podríamos decir que es necesario para nuestra salud ya que aporta ácidos grasos esenciales a nuestro cuerpo.
Sin duda que la proliferación de la comida chatarra (que en su mayoría contiene alimentos fritos) y el exceso de aceite en la comida han desvirtuado la función de este producto, del que se tiene registros históricos desde el siglo VI AC, donde el aceite de oliva era utilizado por los asirios, babilónicos, griegos y egipcios, tanto para fines culinarios como religiosos y cosméticos.
Incluso, en la actualidad la utilización del aceite es tan versátil que los luchadores de Kirkpinar (Turquía), untan sus cuerpos en aceite de oliva, manteniendo viva una tradición deportiva que tiene su origen en la conquista otomana de la cuidad de Edirne en 1362.
Pero volvamos al aceite y sus usos en la cocina.
Tipos de aceites y para qué El mercado nos ofrece una gran variedad de aceites: desde los tradicionales como lo son el aceite de maravilla o canola, hasta productos tan exóticos como aceite de semilla de algodón. Sin embargo, no todos sirven para lo mismo, incluso su mala utilización puede terminar arruinando la comida que preparamos.
Pero aún podemos ir más lejos. La industria del aceite (que se inició casi al mismo tiempo que la revolución industrial, periodo en que se amplió el conocimiento sobre las materias grasas) ha comercializado diferentes tipos que poseen muy pocos (o casi nada) de beneficios, entre los que se encuentran los aceites hidrogenados, los trans-fat y los clarificados.
La buena noticia es que junto con esta comercialización de aceites podemos encontrar una gran oferta de aceites naturales que aportan de manera positiva a nuestro organismo.
La literatura relacionada con este tema apunta a que el aceite de oliva es el “rey de los aceites” debido a que sus propiedades lo hacen bueno tanto para aderezar en frio como para cocinar alimentos (freír), sin dejar de lado sus incuestionables beneficios para la salud que posee.
El consumo de aceite de maravilla está ampliamente extendido debido a su bajo costo. Es un buen aceite que aporta grasas polinsaturadas que permiten bajar la concentración de colesterol en la sangre, además de aportar omega 3 a nuestro cuerpo.
También existen los aceites que se obtienen bajo un proceso mecanos de extracción en frío, como lo es el de la pepita de uva. Este aceite posee un sabor delicado y es ideal para aliñar ensaladas aunque también se puede usar para freír y es rico en vitamina E. Para finalizar, podemos decir que el aceite de maíz es otro de los aceites vegetales que podemos encontrar fácilmente en los supermercados y que debido a su sabor es ideal para preparar salsas, incluso le da un toque muy especial a la mayonesa y nos provee de una reserva importante de vitamina E.
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