La carne de soya es uno de los mayores descubrimientos culinarios que he hecho, en cuanto a la comida vegetariana. Resulta que no soy vegetariana, pero sí pretendo serlo en un futuro a mediano plazo. Y puedo decirles que este suplemento de la carne es una de las mejores formas de ir de a poco eliminando la carne de nuestra dieta.
En este caso, la carne de soya Mi Tierra es una de las mejores que podemos encontrar en el mercado. De sabor agradable y natural, es la que de apariencia más se asimila a la carne. Se trata de una carne de soya de aspecto más oscuro y con trozos más grandes que la mayoría. Puedes comprarlas en los supermercados comunes, y su precio ronda los $1500 (en Líder, está a $1490 la bolsa de 300 g).
En cuanto a las opciones de recetas, como buen sustituto de la carne, hay una variedad de preparaciones donde su inclusión es perfecta y queda tan rico como con la carne tradicional, como por ejemplo un rico pastel de papas, o unas albóndigas acompañadas con arroz o lo que quieras. También tenemos como opción rica y fácil un delicioso tomaticán vegetariano, y ya que se instalaron los días fríos, ¿qué puede ser más rico y reconfortante que una carbonada vegetariana?
En todas las preparaciones el procedimiento básico para la carne de soya es más o menos el mismo: dejar la cantidad a utilizar en remojo en agua hervida (la proporción es 1:2, esto es, una taza de carne de soya y 2 tazas de agua hervida) con condimentos/caldo maggi/ lo que quieras por unos 10 minutos. Luego colar, presionar suavemente hasta que escurra bien de agua, y continuar con la receta a preparar.
Así que ya sabes. Si quieres ir sustituyendo poco a poco la carne de tu dieta, la carne de soya Mi Tierra es la indicada para acompañarte en este proceso. Ya sea mezclándola de a poco con carne animal, o reemplazándola totalmente, creeme que con la preparación adecuada, ni notarás la diferencia. Y lo mejor de todo, es que te aporta una infinidad de nutrientes que la carne animal no, como por ejemplo aminoácidos, ácido fólico, magnesio, manganeso, fósforo, calcio, hierro, zinc, entre otros.