No sé por qué siempre creí que la variedad de mermeladas era ajustada. O sea, que estaba restringida a ciertos frutos y esto porque ellos poseían propiedades especiales que los hacían idóneos para ser hechos mermelada. Ignorante me encasillé en las de mora, frutilla, membrillo, las típicas. Lo peor de todo es que soy resultado de familia campesina, así que esa ignorancia, en realidad, se vio más como desapego a mis raíces. Un día una tía me da a probar una salsa bolognesa que preparaba. El sabor fue distinto, con un dulzor que no arruinaba la sazón y picor que también poseía “¿Qué tiene esto?”, le pregunté curioso y con ganas de comerme esa olla a cucharadas. “Mermelada de ají”, me respondió sonriendo porque mi rostro devolvió perplejidad y asombro. “¿De ají?”. “Sí, y es muy fácil prepararla”. De eso ya han pasado varios años, así que para dar con esta receta me vi obligado a sumergirme en los anales de la cocina familiar.
Ingredientes: - ½ kilo de ajíes rojos.
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1/2 kilo de azúcar.
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Jugo de 1 limón.
-1/2 taza de agua.
Preparación: 1.Quita las semillas, venas y sobrantes de los ajíes. Procésalos en licuadora y viértelos en una olla.
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Vierte 1/2 kilo de azúcar a la preparación anterior,1/2 taza de agua y el jugo del limón. Cocina a fuego bajo revolviendo continuamente.
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Retira del fuego cuando tenga la consistencia del punto confitura.
*Ideal para acompañar carne de cerdo horneada o para fajitas, tortillas o burritos.
Si quieren preparar una mermelada más tradicional, pero no por eso menos rica, les recomiendo la de frutillas. Y si desean preparar algo con mermelada, esta tartaleta es la repuesta.
Foto CC vía Flickr