Debo reconocer que me gusta mucho hacer cosas que sorprendan a mi pareja, soy de las que le hace cumpleaños sorpresa, si se me olvida una fecha importante lo compenso cocinándole algo con mucho amor: una golosina, una rica cena, un buen almuerzo o con detalles creativos… como aquella vez que olvidé su cumpleaños…
Como suelo ser efusiva, él no me lo perdonó… así que partí a comprar cien globos, una tarjeta de “perdón por olvidar tu cumpleaños” y cosas muy ricas para comer. La performance fue todo un éxito… no podía creer que le había llenado la pieza de globos y en el centro había armado una mesa preciosa con muchos detalles y un rico picoteo dulce y salado.
Pero la vida cotidiana, los hijos y el trabajo me han hecho dejar de lado esta faceta creativa, por lo que ahora que se acerca San Valentín quiero aprovechar para sorprenderlo con un bonito detalle.
Dicen que el desayuno es la comida más importante del día… así que nada mejor que y debe incluir alimentos ricos en fibra, frutas, jugos naturales, alguna infusión caliente o leche y algo rico y muy dulce por ser día de los enamorados…
Algo simple y fácil, pero con creatividad La idea es hacer algo simple y fácil que ayudada por mi creatividad lo transforme en un lindo detalle. El día anterior me tengo que asegurar de comprar todo lo necesario: un melón tuna y uno calameño, que ojalá estén dulces, bueno y si no, no importa porque lo arreglamos… pero recuerda que el melón está bueno cuando su aroma es embriagante y sus extremos, más conocidos como “potito”, están blandos.
Lo otro que debo comprar si o si, porque es lo que le dará el toque al desayuno es un molde o cortante metálico mediano y otro grande en forma de corazón; palitos de brochetas, servilletas blancas grandes, un globo metálico con motivo de día de los enamorados, una rosa roja, un pan lacteado integral, una mermelada de frutilla, un cuarto de jamón de pavo, dos paltas, medio kilo de uvas de color verde, comprar o hacer un pie de limón, algunas frutillas para decorar, té o café y azúcar.
¡No olvides el factor sorpresa! Como no quiero que se dé cuenta de la sorpresa que le estoy preparando, me levanto sigilosamente para que no despierte. Una vez en la cocina, comienza la acción… Parto a la mitad ambos melones, les saco las semillas y procedo a rebanarlos. Luego retiro la cáscara del melón, tratando de que la carne de la fruta tenga un grosor de dos cm para poder estirarla y cortar con el molde mediano los corazones de melón.
Manos a la obra Como el desayuno es para los dos debo cortar doce corazones de melón tuna y seis corazones de melón calameño. Una vez cortados, los atravieso con un palito de brocheta. La idea es poner dos de melón tuna y uno de melón calameño de forma alternada, para que el corazón salmón quede al medio. Así hasta completar tres brochetas para cada uno.
Después preparo una bandeja grande y la cubro con servilletas blancas, coloco dos tazones con las bolsitas de té adentro, un pocillo pequeño de vidrio con mermelada, otro con azúcar y un vaso de vidrio largo que adornaré con granos de uva y algunas frutillas hasta llegar a la mitad, para luego depositar las brochetas de melón tal como si fuera un florero.
En el extremo de un platillo de pan enrollo cuatro láminas de jamón de pavo y las distribuyo en forma de abanico y en el otro extremo, ordeno las rebanadas de palta que antes había pelado y cortado.
Mientras pongo el hervidor, tomo el pan de miga y lo corto con el molde de corazón más grande, lo tuesto un poquito para que no se desarme cuando le pongamos el jamón o la palta, lo acomodo en un plato blanco y dejo caer otros granos de uva por encima.
Foto CC Vía Flickr