Más de alguna vez debes leído al reverso del paquete de fideos la frase “para cocinar al dente, 11 minutos” y te preguntas ¿qué es cocinar “al dente” y por qué es mejor? La verdad es que hay muchos beneficios poco conocidos, relacionados a cocinar nuestras pastas al dente y pensamos que simplemente es dejarlas crudas. ¡Pero nunca es tarde para aprender, así es que toma nota! A pesar de que a muchos les gusta la pasta bien cocida, no es lo más recomendable. La pasta “al dente” es cuando esta se encuentra cocida por fuera y tiene una leve sensación cruda en el interior. Como los fideos son carbohidratos de absorción lenta, es necesario buscar alternativas de cocción que permitan aprovecharlos mejor. Cuando cocinas la pasta “al dente” ésta tiene un índice glucémico más bajo que cuando la pasta queda muy cocida. Esto se traduce en que, cocinando “al dente”, tarda más en digerirse y, por lo tanto, la energía que proporciona este alimento tardará más en consumirse. Esto sirve mucho para aquellas personas que realizan deporte, ya que su almacenamiento energético será más duradero. Cuando la pasta queda demasiado cocida, los carbohidratos que contiene ya se han convertido en glucosa, proceso que debiese hacer nuestro organismo. Además, para aquellos amantes de los fideos, pero que quieren cuidar su peso, la pasta “al dente” es ideal, ya que produce mayor saciedad, porque se queda más tiempo en nuestro cuerpo sin ser consumida, tardándose más en volver el apetito. Para cocinar una pasta “al dente” debes calentar 1 litro de agua por cada 100 gramos de fideos durante 8 ó 10 minutos, dependiendo de si es espiral, tallarín, corbatita, u otro. En el revés de los paquetes encontrarás sin problemas la indicación que corresponda a cada uno. Cuando el agua se encuentre en ebullición, agrega la sal y luego la pasta, pasado los minutos correctos, tendrás una perfecta pasta. Sea o no tu cocción preferida, es bueno tener presente esta recomendación para ayudar un poco a mejorar los hábitos alimenticios y promover la vida sana. La próxima vez, recuerda leer las instrucciones y arriesgarte con las pastas “al dente”.