La cemita es un emparedado originario de Puebla, una histórica ciudad situada en el centro de México. Se ha convertido en el bocadillo más representativo de la zona y una comida obligada para los turistas. Sin embargo, no es difícil de preparar. Si quieres tener un auténtico, además de original, platillo mexicano en tu mesa, la cemita te encantará. Es ideal para la hora del almuerzo e, incluso, con un acompañamiento, puede convertirse en una excelente y nutritiva cena. Veamos cómo preparar una cemita poblana:
Ingredientes para 2 porciones
2 panes para cemita (puede ser sustituido por bolillo, telera o bollo con ajonjolí)
Clavo al gusto
6 Muslos de pollo deshuesados
Sal al gusto
1 cucharada de mantequilla
½ kilo queso fresco
1 aguacate
Cebolla
Aceite de oliva
Salsa milanesa
Una vez que tengas todo listo sobre la barra de la cocina, sigue con cuidado estos pasos:
Lo primero que debemos hacer para empezar a preparar una cemita es aplanar la carne del pollo de modo que nos quede un bistec. Para hacer esto pasamos un rollo de cocina sobre la carne varias veces. Lo marinamos con el clavo durante 5 minutos. Luego, sobre una plancha, untamos un poco de mantequilla y cocinamos el pollo hasta que quede bien doradito. Reservamos.
Montarlas es la parte más divertida de preparar una cemita, pero también puede ser la más compleja. Debes tener en cuenta que el sello característico de la cemita es la abundancia del queso y su ingrediente principal, en nuestro caso el pollo.
Cortamos el pan con un cuchillo especial para esta tarea, de modo que el corte quede uniforme. Quitamos el exceso de migajón para formar un espacio cóncavo en ambas caras del pan. Echamos un chorrito de aceite de oliva en cada rebanada y esparcimos uniformemente.
En la base del pan colocamos una buena cantidad de queso fresco. No importa que desborde, de hecho, en la presentación tradicional de la cemita el pan cubre los ingredientes con dificultad.
El paso siguiente es poner el aguacate. Algunas personas lo ponen entero, pero yo prefiero triturarlo como si de un guacamole se tratase. De esa forma es más fácil untarlo y ningún bocado se queda sin su sabor.
Ahora ponemos el pollo siguiente el mismo lineamiento que con el queso fresco: ¡más es mejor! Agregamos la cebolla en rodajas y, por último, la salsa de milanesa. No todas las recetas para preparar cemitas llevan salsa de milanesa, pero la tradicional sí; debido a su sabor fuerte, su uso se ha ido perdiendo en el mismo estado que vio nacer estos bocadillos. Lo mejor es que le des una oportunidad, en lo personal me encanta y le da ese toque gourmet que a los invitados les encanta.
Pon la otra rebanada de pan sobre el emparedado que construiste. Apriétalo con la palma de tu mano, de modo que quede bien sellado y sea más fácil de comer y de envolver. Por último, córtalo por la mitad con un cuchillo. Y listo. Ya puedes servir tu deliciosa cemita.
No olvides que parte del encanto de las cemitas es que pueden estar hechas de cualquier ingrediente. Las hay de carne enchilada, de milanesa de res, jamón, salchicha, chicharrón, etc. Por lo que, si te gustó la receta que te acabo de compartir, ¡no dudes en experimentar con otros sabores!