Cuando extraemos el agua a través del calor de alguna fruta o verdura, sin perder sus nutrientes, se llama técnica de deshidratación. Es ideal para quienes desen conservar una fruta de época para el resto del año.
Las ventajas de este proceso es que pueden durar años o meses, dependiendo del agua extraída. También intensifica los sabores y es ideal para comerlos como snack o picoteo entre horas.
Existen máquinas especiales para deshidratar los alimentos. Sin embargo existen opciones de hacerlo en el microondas, pero debes recordar que suele liberarse ciertas partículas tóxicas por parte de este aparato. Si bien agiliza un poco el proceso, puede ser perjudicial a largo plazo. La fruta o verdura debes lavarla con aerosol para vegetales y secarla muy bien. Debes cortarla en trozos pequeños e iguales. En una toalla de papel pones los trozos y presionas un poco (sin destruirla) para que libere el exceso de agua. Luego la metes a un recipiente par microondas y utilizas la opción de descongelar. Cada 10 minutos debes ir revisando y la deshidratación quedará a tu gusto.
También puede usar tu horno tradicional. El proceso de lavado, secado y rebanado es el mismo que en el proceso anterior. Debes rociar aceite en la bandeja del horno para que no se peguen y colocas todos los trozos o rodajas ahí. La temperatura debe ser la más baja que tenga tu horno, ideal 60° o 50°. En 90 minutos debes revisar cómo van. Es un proceso largo. Pueden llegar a tardar hasta 10 horas. Con una espatula puedes ir volteándolas. Cuando estén listas, las debes dejar enfrias por una hora.
A diferencia de congelar las verduras o frutas, los cambios bruscos de temperatura pueden dañar la calidad de los nutrientes.
Si quieres cuidar la salud, la línea y tu bolsillo, esta es la opción perfecta para conservar tus frutas y verduras preferidas.