El sodio es un mineral que podemos encontrar en nuestros alimentos como cloruro de sodio o como sal. Las dietas altas en sodios están vinculadas a diversas enfermedades y problemas en la salud, pero ¿qué tan peligroso es su alto consumo? Hay muchos mitos respecto a las dietas y a lo que hace bien y hace mal, en ocasiones nos dejamos llevar por lo que nos dijo el amigo de un amigo, pero en Cookcina quisimos ir directo al problema y preguntarle a un especialista.
La nutricionista del Hospital Clínico de Viña del Mar, María Cristina Beckdorf, nos aclara cuáles son los riesgos de consumir alimentos con mucho sodio. Porque, a pesar de que el sodio “es un nutriente necesario para el correcto funcionamiento del organismo, el sodio en exceso en nuestra dieta trae diversos peligros”. Por lo que es mejor que tengamos cuidado al momento de consumirlo.
“El principal riesgo de este exceso es la hipertensión arterial o presión alta (una enfermedad crónica que muchas veces requiere tratamiento de por vida). La hipertensión es un factor de riesgo importante de infarto al miocardio, insuficiencia cardíaca, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales”, señala Beckdorf.
Nota: Estos peligros son aún más relevantes en personas sobre los 45 años, diabéticos, hipertensos o con enfermedad renal o cardíaca previa. Como si fuera poco, la hipertensión y la presión alta no son los únicos problemas que puede ocasionarnos el consumo de estos alimentos, ya que podemos sufrir también “un daño renal, órgano que tiene como función filtrar la sangre, ya que esta acción se ve perjudicada por el exceso de sodio. Otro daño en el mismo órgano es la predisposición a la formación de cálculo renales”.
Para quienes se preocupan de si figura, también hay malas noticias. El sodio provoca también retención de líquidos en el cuerpo, por lo que podemos ver partes de nuestro cuerpo hinchadas, producto de este mineral.
Según la nutricionista, se puede hacer una relación “entre el consumo excesivo de sal con el sobrepeso y la obesidad. El alto aporte de sodio en la dieta viene dado principalmente por los alimentos envasados, los que en su mayoría además de ser altos en este nutriente, también son ricos en calorías, azúcar y grasas no saludables”.
Sólo para hacernos una idea de nuestras costumbres alimenticias, María Cristina Beckdorf nos señala que “el promedio de consumo de sal o cloruro de sodio en los chilenos es de 8 a 12 gramos diarios, más del doble de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud, que indica 5 gramos de sal al día, lo que equivale a 2000 mg de sodio”. “Si los chilenos disminuyéramos el consumo de sal al menos a la mitad, se evitaría que 430.000 personas llegaran a tener enfermedad cardiovascular y que 1.000 chilenos mueran al año por la misma causa”, enfatizó.
Nota: En el etiquetado nutricional, el aporte de este nutriente viene dado en mg de sodio, por lo que es importante tener presente que 1 gramo de sal equivale a 400 mg de sodio. Para hacernos un idea, en una tapa de lápiz Bic cabe 1 gramo de sal. Para que no todo sea tan negativo, la nutricionista nos deja algunas recomendaciones para que disminuyamos nuestro consumo de sal: - Eliminar el salero de la mesa y cocinar cada vez con menos sal.
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Para potenciar el sabor de los alimentos:
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Cocinar al vapor, al horno o a la plancha, ya que la cocción en agua diluye el sabor de los alimentos y agregamos más sal.
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Aliñar con alimentos naturales como: vinagre, limón, ajo, cebolla, cebollín, especias, hierbas aromáticas como albahaca, estragón, laurel, perejil, romero, tomillo, cilantro, etc.
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Usar aceites con sabor como el de oliva o aromatizados con finas hierbas.
Si bien la sal la usamos desde épocas primitivas para preservar nuestros alimentos de la descomposición, está claro que hoy debemos hacer algo respecto a su consumo. Algunos de los alimentos envasados más altos en sodio encontramos los “caldos en cubitos, sopas de sobre, embutidos, aderezos, queso y pan”, señaló Beckdorf, por lo que a partir de hoy podemos tener más cuidado en lo que consumimos, optando por alimentos bajos en sodio.