Este bizcocho está pensado para quienes luchamos contra la conversión entre tazas, gramos y onzas, ya que casi para todos los ingredientes se utiliza el envase de yogur como medida. Además, sus componentes pueden encontrarse en todas partes y reemplazarse, por ejemplo, por otras frutas de temporada (pudiendo variar la consistencia final del bizcocho dependiendo de cuánta agua contenga). Igualmente, se pueden probar versiones con azúcar light o endulzante en polvo, para los que busquen darse un gusto sin salirse de la dieta.
Ingredientes:
- Un yogur natural (155 gr)
- 2 manzanas rojas pequeñas o una grande
- 2 huevos
- Azúcar (medida: un envase de yogur)
- Harina con polvos de hornear (medida: un envase y medio de yogur)
- Esencia de vainilla
- Polvos de hornear (una cuchara de té)
Paso a paso:
1. Mientras se pelan y pican las manzanas, se debe dejar precalentando el horno a 250°C o a la temperatura más fuerte. Ojalá que los trozos de fruta queden pequeñitos para el relleno, procurando dejar unas cuantas láminas para decorar por arriba el bizcocho (cuando esté listo para ir al horno).
2. En un bowl poner el yogur, los huevos, el azúcar y un chorrito de la esencia de vainilla. Mezclar hasta obtener una consistencia homogénea que quedará líquida.
3. Tamizar la medida de harina y la cuchara de polvos de hornear. Asegurarse de que no queden grumos, batiendo con fuerza la mezcla, que a esta altura ya alcanzará una consistencia más densa.
4. Incorporar las manzanas picadas. Revolver y verter -con ayuda de una espátula- en un molde previamente enmantequillado y enharinado (puede ser la típica budinera).
5. Colocar las rodajas de manzana por encima y espolvorearlas con una pizca de azúcar. Luego, llevar al horno a 190-200°C durante unos 30 minutos o hasta que se note que la mezcla subió y la superficie luce dorada. Como recomendación, se sugiere abrir lo menos posible el horno durante la cocción. Para chequear si está listo, insertar la punta de un cuchillo que deberá salir limpio.
6. Cortar en cuadrados y servir frío.
También cabe señalar que, si bien tiene buen sabor en solitario, este versátil bizcocho puede amenizar las tardes acompañado de mermelada, jarabe de arce, yogur, miel, frambuesas y similares, así no hay que preocuparse si a la hora del té es nuestro único plato disponible.